jueves, octubre 26

Dúo

Solo dejo mis manos fluir tratando de aislarse de mi ser
para entregar ideas simples y pequeñas,
tan conocidas pero tan distantes del celo general
quienes reciben las palabras con desconfianza
pensando en un truco aprendido y bien redactado
incapaces de ver este testimonio de lo grande que puede llegar a ser un sentimiento,
uno solo, sin mezclas ni confusiones,
por lo mismo imposible de ser explicado.

Se que mi dulce compañera tiene claro mi verso, así como canta fuerte el suyo,
bien lo se pues somos espejos de nosotros mismos en extraña armonía,
deslizándonos por las colinas del cariño juntos, siempre de la mano,
descansando siempre mirando para el mismo lado,
buscando un camino mas llano, uno que haga sufrir menos,
hasta alcanzar la altura para ver el valle completo que Dios nos ha regalado.

Son notas como gotas las que nos entregamos a diario,
formando una canción que completara armonías y disonancias,
tocadas a dúo, difíciles de interpretar, menos aun de escuchar
sin el componente de locura que yace en la simpleza,
porque nada puede ser mas simple que un sentimiento puro,
que viaja inmaculado hasta el momento de encenderse
alcanzando una ley improbable, no por perfecta sino por sublime,
por su letra, y por su son.

Los pétalos vuelan cuando el viento dispone, desangrando la blancura de este valle,
mas en tus ojos serán rios albos surcando los cerros, pues la poesía ya hizo hogar en ti,
y así encontraras nuevos significados hasta que llegues a mirarte a ti misma,
como me vi yo no hace un tiempo,
y reconocerás tu rima y tu verso, sobre tu propio papel encarnado
y reflejado sobre el azul de tus ojos estaremos juntos habitando,
aunque ya no este en frente tuyo respirando.